Fuente: Salva la Selva
La Unión Europea dice querer salvar el clima con combustibles más ecológicos -y apuesta por “biocombustibles”. Anualmente se mezclan en la Unión Europea 14 millones de toneladas de biocombustibles con la gasolina y el diesel convencionales. Para 2020 serán 30 millones de toneladas, que tendrán que sustituir el 10% del combustible total.
Pero ya hace tiempo que este concepto se le fue de las manos a la Unión Euroea. No sólo los ambientalistas están seguros. También los científicos argumentan que los biocombustibles no son ni ambientalmente ni socialmente sostenibles y en ningún caso neutrales para el clima. Diversos estudios encargados por la Unión Europea lo demuestran.
La Unión Europea debe terminar ya con su política de biocombustibles. Pero la industria agraria presiona por continuar con el negocio y la Comisión Europea propone medias tintas: los biocombustibles de alimentos deben suponer como mucho un 5% y la
cantidad de nuevos biocombustibles a base de celulosa deben multiplicarse por cuatro. Pero estos ni siquiera existen todavía.
Esta política de biocombustibles a base de “cuentas de la vieja”, poco claras y al mejor postor tiene fatales consecuencias: en Malasia 14 elefantes amenazados de extinción fueron envenenados porque vivían en un área de 70.000 hectáreas destinada para plantaciones de palma. Tales plantaciones destructivas están certificadas por la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible (RSPO) y se consideran “sostenibles” por la Unión Europea.
Aún son posibles cambios en la política europea de agrocombustibles. El 22 de febrero debaten los Ministros de Energía de la Unión Europea y el 21 de marzo los Ministros de Medio Ambiente. Por favor, exija con nosotr@s detener los agrocombustibles en la Unión Europea.