Tribunal Monsanto en La Haya, del 14 al 16 de octubre 2016
Un número creciente de ciudadanos de diferentes partes del mundo ven hoy en día a la compañía estadounidense Monsanto como el símbolo de una agricultura química, industrial y contaminante, que acelera la pérdida de biodiversidad y contribuye enormemente al calentamiento global.
Monsanto ha comercializado desde principios del siglo XX, productos altamente tóxicos que contaminan el medio ambiente de manera permanente, y ha causado enfermedades y muertes a miles de personas en todo el mundo.
El modelo agroindustrial promovido por Monsanto es responsable de al menos un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero debido a la actividad humana; también es en gran parte responsable del desgastamiento de la tierra y de la escases de agua, de la extinción de la biodiversidad y la marginación de millones de pequeños agricultores. Este modelo amenaza la soberanía alimentaria de los pueblos a través de las patentes sobre las semillas y la privatización de la vida.
Quienes critican a esta multinacional, afirman que Monsanto ha sido capaz de ignorar el daño humano y ecológico causado por sus productos y mantener sus actividades devastadoras a través de una estrategia sistemática de ocultación: es decir, gracias al lobby ante los organismos reguladores y las autoridades gubernamentales, a las mentiras y a la corrupción, al financiamiento de estudios científicos fraudulentos, a la presión sobre científicos independientes y la manipulación de la prensa.
La historia de Monsanto se constituye de esta manera en un paradigma de la impunidad de las empresas transnacionales y sus dirigentes, que contribuyen a la alteración del clima y la biosfera, y amenazan la seguridad del planeta.
Más información: http://www.monsanto-tribunale.org/