Nuevas formas de organización para una alimentación agroecológica

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Necesitamos nuevas formas de organización entre producción y consumo para una alimentación agroecológica

II Seminario Internacional de Experiencias en Circuitos Cortos de Comercialización para la agricultura ecológica

Cerca de dos centenares de personas de diversos puntos de la Península Ibérica, Rumanía y Francia han participado en el II Seminario Internacional sobre Circuitos Cortos de Comercialización para la Agricultura Ecológica. Durante el encuentro celebrado este pasado fin de semana en Estella-Lizarra,las personas asistentes han podido compartir experiencias y dibujar una nueva hoja de ruta para continuar con el desarrollo de formas alternativas y sostenibles para la producción y la circulación de los alimentos ecológicos, basadas en la cooperación y la confianza entre producción y consumo.

La gran afluencia de público muestra el creciente interés que este tipo de iniciativas está alcanzando entre la población, ya sea rural o urbana. Sin embargo, en comparación con la primera edición de este Seminario (Córdoba, 2010), sorprende y reconforta comprobar la madurez de las experiencias y debates habidos. A su vez, llama la atención la mayor estructuración de los CCC en redes territoriales, tanto desde la producción como desde el consumo; cuyo desarrollo fue una de las principales propuestas surgidas de la primera edición.

Cabe resaltar la importante presencia de personas productoras en el seminario -tanto ecológicas como convencionales-, que suponían más de la mitad de las personas asistentes. Este hecho señala la importancia creciente de la producción ecológica en el sector agrario estatal. A su vez ilustra la vocación del sector de encontrar formas alternativas de comercialización que permitan precios justos para producción y consumo, y revitalizar las economías y comunidades rurales a través de un manejo agroecológico de los recursos naturales.

Las principales conclusiones de este seminario muestran la necesidad de avanzar hacia formas innovadoras y creativas de estructuración de la cadena alimentaria en lo local, más allá de las reglas del mercado, y más cerca de la cooperación social. Para ello se ha señalado la necesidad de procesos formativos y de comunicación acerca de la cultura y realidad agrarias, como forma de construir la confianza entre producción y consumo.

Se ha constatado una mayor consolidación y estructuración de este tipo de experiencias, desde las redes locales hasta las estructuras de ámbito europeo organización. Sin embargo, estas estructuras deben seguir avanzando y fortaleciéndose, tanto para generar nuevos servicios y llegar a capas más amplias de la población, como para incidir sobre las instituciones políticas.

En este sentido, el escaso reconocimiento de las administraciones sobre el potencial para el desarrollo local de este tipo de iniciativas ha sido señalado como uno de los principales aspectos a seguir trabajando. Las administraciones deben facilitar el desarrollo de nuevas iniciativas, y adaptar las normativas -por ejemplo, higiénico-sanitarias- y programas de fomento agroalimentario y compra pública a estas pequeñas experiencias locales. No olvidemos que al menos dos tercios de los alimentos ecológicos comercializados en el estado español lo hacen a través de Circuitos Cortos de Comercialización.

Por último, una mayor organización de los CCC se hace especialmente necesaria de cara a incidir en el actual proceso de redacción de los Planes autonómicos de Desarrollo Rural (2014-2020) para los fondos FEADER de la UE. La propuesta recientemente aprobada por la Comisión y el Parlamento Europeos debe traducirse en los reglamentos autonómicos en un apoyo decidido por los modelos agroecológicos y la agricultura social, al contrario de lo que ha ocurrido en anteriores periodos de programación.

Para Daniel López, responsable de Agroecología y Soberanía Alimentaria de Ecologistas en Acción, «las experiencias de producción y consumo que nos hemos reunido muestran nuevas formas de agricultura profesional y de organización del sistema agroalimentario. Se basan en la eficiencia y optimización en el uso de los recursos locales, la cooperación y la confianza, y permiten que cada vez más gente se pueda alimentar de forma justa y saludable, y más gente pueda vivir del campo. En tiempos de desmoronamiento de otros sectores productivos, la Soberanía Alimentaria es una solución central para la cadena alimentaria»

Para Ester Montero, miembro de Ekologistak Martxan de Lizarra, «la riqueza y vitalidad de las experiencias que nos hemos reunido muestra que no necesitamos más macroproyectos como el Canal de Navarra, sino tan solo que nos dejen avanzar y seguir funcionando sin tener siempre que crecer e invertir más».