Este es el manifiesto común que hemos redactado entre decenas de personas y colectivos. Te animamos a difundirlo, compartirlo y firmarlo. Puedes sumarte a título particular o en representación de tu asociación. ¡Escribe un mensaje en este blog para visibilizar que somos muchas las aragonesas contra los transgénicos!
Semana de lucha contra los transgénicos y hacia la soberanía alimentaria.
Del 14 al 23 de abril de 2012
Necesitamos un cambio de modelo, una nueva cultura de la tierra en un planeta finito que no da más de si.
El actual modelo consumista es insostenible. Las multinacionales, con el beneplácito de gobiernos cada vez más deslegitimados, continúan promoviendo negocios a costa de la salud de las personas, los animales y el medio ambiente. Se siguen cultivando transgénicos, se permiten nuevos experimentos a campo abierto sin tener en cuenta el principio de precaución, privatizan las semillas y patentan la vida misma, contaminan los campos y las aguas de tóxicos, pesticidas y químicos peligrosos, comercializan productos mal etiquetados en los supermercados
Muchas personas como tú decimos no al desaliento y a la tristeza y nos organizamos en colectivos locales que proponemos alternativas. Por todo el planeta, somos muchas las coordinadas en redes interconectadas que decimos ¡ya basta! Gracias a estas luchas populares, hemos logrado poner contra las cuerdas a la proliferación de transgénicos, que ya están siendo prohibidos y cuestionados en muchos lugares del mundo.
Organizamos esta Semana de lucha contra los transgénicos y hacia la Soberanía Alimentaria para unir nuestras fuerzas y multiplicar las experiencias que aglutinen a cada vez más personas hacia el cambio que queremos.
Cuando hablamos de Soberanía Alimentaria nos referimos al fomento de otros valores, a la fertilidad y al amor a la tierra. No son pocos los campesinos que trabajan el campo de forma respetuosa, los consumidores que crean grupos de consumo ecológico, consciente y responsable, las iniciativas de comercio local y circuitos cortos de comercialización, las iniciativas de economía alternativa y solidaria que practican la cooperación y no la competencia, los huertos comunitarios y la recuperación de oficios y saberes casi perdidos, los negocios sostenibles y éticos que asientan población y permiten vivir en el campo con dignidad. Podemos vivir con menos, y distinto, para vivir mejor. Hay mucho por hacer, sí, pero podemos repartir el trabajo y compartir con las gente que queremos las muchas faenas por acometer, para tener más ratos para el disfrute y las tareas comunitarias.
Los temas que planteamos ya son un debate social. La alimentación, la agricultura, la salud, el medio ambiente,… son cuestiones que nos preocupan a todas. A través de las actividades en esta semana queremos mejorar la conciencia ecológica y fomentar otro modelo de agricultura respetuoso con el medio y alejado del modelo agroindustrial. Consideramos que la autonomía de los campesinos se potencia con el apoyo y las alianzas de los consumidores, que podemos elegir comprar alimentos sanos y cultivados con cariño cerca de nuestros hogares. Y todavía tenemos que denunciar a algunos gobernantes directamente interesados en los transgénicos.
Nos solidarizamos y hacemos nuestra su lucha, con los miles de campesinos y campesinas que se ven forzados a abandonar las tierras, su sustento y forma de vida, cada vez en más sitios del planeta, teniendo que subsistir en la marginación de las grandes ciudades o en verdaderos campos de concentración modernos, por la avaricia de entidades financieras del terreno (fondos de inversión, caciques, grandes corporaciones), que se apropian de los mismos por simple especulación, bien como negocio seguro del futuro por la perdida cada vez mayor de suelos fértiles o para la creación de grandes extensiones de monocultivos transgénicos para destinarlos a agrocombustibles y alimentación de animales para carne, mientras toda la población local se sumerge en situaciones críticas de hambruna.
Queremos gente en los pueblos, cultura rural, recuperación de las semillas autóctonas, cooperación y solidaridad para disfrutar de esta maravillosa y fértil vida.
En Aragón los malos gobiernos y las empresas multinacionales más avariciosas han invadido nuestros campos. Han fomentado el uso descontrolado de sustancias tóxicas y pesticidas, la proliferación masiva de transgénicos y las malas prácticas propias de la agroindustria.
El Gobierno de Aragón lleva años favoreciendo la implantación en nuestro territorio de las peores empresas multinacionales como Monsanto, Pioneer, Dupont o Syngenta. Los consejeros de alimentación y medio ambiente han sido protagonistas en el impulso de la experimentación y la vía libre para los transgénicos en Aragón. Políticos como Gonzalo Arguilé o Modesto Lobón son responsables de la falta de apoyos a la agroecología y las desmesuradas ayudas a los transgénicos, con el apoyo de entidades como Ibercaja y a través de la Universidad de Zaragoza, cada vez más al servicio de empresas privadas.
Aragón se considera el lugar del mundo donde más transgénicos se cultivan en función de su superficie. Entre 2004 y 2009, mientras la agricultura ecológica crecía en en un 118% en el estado español, en Aragón se reducía un 12,53%. Mientras en otros países de la Unión Europea se legisla contra los transgénicos y se promueve la comida ecológica en los comedores escolares, aquí PP, PSOE y Par siguen empeñados en contaminar nuestros campos y nuestros platos.
Desde el movimiento “Aragón sin transgénicos” denunciamos estas malas prácticas de gobernantes y multinacionales que imponen monocultivos de transgénicos para agrocombustibles y alimentación para ganado (que luego llega mediante la carne a los cuerpos humanos). Y proponemos buenas prácticas en el campo y la alimentación, en armonía con la naturaleza y que devuelvan a la tierra todo lo bueno que ella nos da.
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