La Red de Semillas de Aragón sigue brotando en Sobrarbe

12-02-iii-jornadas-red-semillas-aragon-sobrarbe-225x300.jpgFecha: 08-02-2012. Fuente: Nacho Escartín Lasierra – AraInfo

No hay tiempo malo. Con ese espíritu, unas 150 personas participaron activamente en las III jornadas de la Red de Semillas de Aragón celebradas el sábado 4 y domingo 5 de febrero en L’Ainsa. A pesar de las gélidas temperaturas en Sobrarbe (casi todo el fin de semana bajo cero), el encuentro fue un éxito organizativo y de fertilidad hacia la recuperación de la biodiversidad.

“Para la gente joven sería muy útil volver a tener un huerto. Que ves un montón de huertos yermos y luego a la gente en el bar jaleando el fútbol”, así de clara se expresó Mari, una de las sabias campesinas del lugar que, tras la ovación que le dio toda la gente que abarrotaba la sala del Castillo de L’Ainsa, añadía que “por lo menos sabes que si te comes una col, no ha sido sulfatada ni le has puesto nada y si te comes una manzana, aunque se haya puesto fea o tenga la mosca, si no está sulfatada limpias aquello y lo demás está bueno”.

Tras las primeras conversaciones en Zaragoza allá por 2009 y los encuentros en Andorra (Teruel) de 2010 y El Frasno (Zaragoza) en septiembre de 2011, la Red de Hortelanos del Sobrarbe cogió el testigo para recibir a las socias y simpatizantes de la Red de Semillas de Aragón. Durante sus dos años de vida, esta asociación está trabajando en la recuperación de las variedades agrícolas autóctonas. Una tarea que desarrollan con esmero personas como Jorge Ezquerra, que explicó que “a partir de un taller de empleo en colaboración con la Red de Hortelanos y el Ayuntamiento de Ainsa hemos recuperado varias decenas de variedades locales de judías del la zona”. Judías de distintos sabores, texturas y colores, como pudieron comprobar las 40 personas que participaron en la cata de judías dinamizada por el cocinero Luis Berzosa y Pedro Ramos, que concluía expresando que “queremos recuperar la cultura, la genética autóctona, y difundirla”.

Para extender los cultivos de judías y un sinfín más de cultivos de la huerta, la Red de Semillas organizó durante la jornada del sábado distintos talleres de formación y mesas redondas. Por la tarde, unas cien personas se repartieron para aprender a plantar en semilleros o para injertar varas de frutales. A destacar la cantidad de jóvenes que, junto a personas con más experiencia, disfrutaron de las actividades porque están empezando a cultivar en pueblos y barrios de Aragón.

Si en El Frasno fue Jorge Riechmann el invitado especial, hasta L’Ainsa viajó Gustavo Duch que, pese a encontrarse un poco acatarrado, habló de Soberanía Alimentaria, criticó duramente el actual modelo agroindustrial y se trajo algunos cuentos de su último libro ilustrado, “Comer sin lavarse las manos”. Gustavo, sin eludir los síntomas preocupantes que demuestran que el capitalismo nos ha dejado en una situación complicada, extendió su espíritu positivo y esperanzador, resaltando que “mucha gente pequeña en muchos lugares pequeños cultivarán pequeños huertos,… que alimentarán al mundo”.

El tradicional intercambio de semillas autóctonas coincidió el domingo con la Ferieta de L’Ainsa, una antigua cita que se mantiene desde hace varios siglos. En ella, visitantes y campesinas de la zona y territorios cercanos se juntaron para ofrecer, degustar y comprar productos artesanales como quesos, repostería o embutidos, mientras otras troqueaban semillas autóctonas. Al igual que otras veces, desde los diferentes lugares de Aragón se movieron de manos semillas de judías verdeñas, pepino alficoz, tomate rosa de Huesca o berenjena roja, entre otras muchas.

Como en todos los encuentros de la Red de Semillas de Aragón, no faltaron los momentos para el esparcimiento y las risas, las comidas populares cocinadas con productos de temporada y ecológicos, la proyección de la película “Por qué dexamos o nuestro lugar” o los graciosos romances de la cooperativa teatral “Encantaria”

Y es que si algo recordaremos de estos días en Sobrarbe es esa energía colectiva que demuestra que es posible otra forma de vivir. Los ganaderos de animales de razas autóctonas, las jóvenes agricultoras de la cooperativa Ixada (que se presentó durante el encuentro y recabó muchos avales mancomunados para sostener sus inicios, a través de Coop57), las más mayores del lugar y los curiosos que acudieron a L’Ainsa, más allá de sus diferencias y procedencias, coincidieron en que “estamos creando, consciente o inconscientemente, una revolución desde el campo, proponiendo otra forma de relaciones en sociedad..Estamos atacando a las transnacionales, a la dominación, a un sistema injusto”, como dijo Gustavo Duch. A ver si se cumplen las palabras de Eduardo Galeano de que “estamos embarazados de un mundo nuevo” y pronto vemos un feliz parto.