Agricultores, consumidores y ecologistas reclaman a la Comisión Europea que escuche la apabullante oposición y no autorice el cultivo
Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) y Red de Semillas reclaman a la Comisión Europea que atienda a la apabullante oposición pública y política y prohíba el polémico maíz transgénico de la multinacional Pioneer. El maíz, conocido como 1507, es perjudicial para la biodiversidad y no se han estudiado suficientemente sus impactos en las abejas y otros polinizadores.
La mayoría de los estados miembros han mostrado su oposición a este maíz en la votación celebrada esta mañana en Bruselas en el Consejo Europeo. Este resultado coincide con la votación del Parlamento Europeo, en rechazar el cultivo del nuevo maíz transgénico. Sin embargo España con su voto a favor ha respaldado a la Comisión Europea, que tiene ahora el mandato de autorizar el maíz transgénico.
Andoni García Arriola miembro de la Comisión Ejecutiva de COAG afirmó que «la votación es una señal muy clara, la ciudadanía no quiere transgénicos y tampoco la mayoría de los políticos y los gobiernos. El Gobierno de España debe replantearse su posición y apostar por una agricultura y alimentación sin transgénicos, en línea con la mayoría de los países de Europa y con las demandas de la ciudadanía».
Esta variedad de maíz representa una nueva generación de cultivos altamente tóxicos, produce un insecticida 350 veces más letal que el maíz de Monsanto MON810, el único transgénico cultivado comercialmente en Europa del que en España hay un número desconocido de hectáreas. El maíz 1507 también está manipulado para tolerar un potente herbicida, a punto de ser prohibido debido a las dudas sobre su seguridad. Ana Etchenique, vicepresidenta de CECU añadió “No necesitamos asumir los riesgos de este cultivo tóxico y mal evaluado cuando tenemos al alcance de la mano opciones sostenibles y seguras. Necesitamos otro modelo de agricultura, sostenible, sin transgénicos que garantice alimentos sanos para toda la población».
La decisión se produce en un momento en que Estados Unidos y la UE están negociando un tratado transatlántico de libre comercio (conocido como TTIP, en sus siglas en ingles) que sería el mayor tratado bilateral de comercio de la historia. Las empresas agrarias y alimentarias más poderosas, están ejerciendo mucha presión para que el acuerdo debilite las normas de seguridad vigentes en la alimentación y particularmente en cuanto a cultivos y alimentos transgénicos. En este sentido Blanca Ruibal de Amigos de la Tierra afirmó que «la decisión de autorizar o no este cultivo transgénico es un buen termómetro para ver si la Comisión va a permanecer del lado de la ciudadanía y el medio ambiente o se va a doblegar a los intereses comerciales de las empresas».
Si la comisión europea autoriza el cultivo de este maíz se arriesga a que los gobiernos nacionales interpongan una demanda por incumplimiento de las leyes de la Unión Europea como sucedió con la patata Amflora, cuya autorización tumbó recientemente una sentencia del Tribunal Europeo de Justicia.