15-04-2013 – FAO
En el 30 aniversario de la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura, la FAO subraya la urgencia de salvaguardar los genes clave para hacer frente al cambio climático
Conservar y aprovechar al máximo la riqueza del patrimonio genético del planeta será crucial para la supervivencia de la humanidad, que necesitará producir suficientes alimentos nutritivos para una creciente población, advirtió hoy el Director General Adjunto la FAO, Dan Gustafson, al intervenir ante la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura.
La Comisión, el único órgano intergubernamental que aborda de forma específica todas las cuestiones relacionadas con los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura a nivel mundial, se reúne en Roma esta semana coincidiendo con la celebración de su 30 aniversario.
«La FAO cree que la adaptación del sector agrícola no es solo una opción, sino un imperativo para la supervivencia humana y que los recursos genéticos serán una parte esencial de cualquier estrategia de adaptación», aseguró Gustafson.
«Garantizar la seguridad alimentaria -añadió- en el contexto del cambio climático es uno de los mayores retos a los que se enfrenta la humanidad».
Las plantas representan más del 80 por ciento de la dieta humana. Una treintena de cultivos cubren el 95 por ciento de nuestras necesidades de energía alimentaria y sólo cinco de ellos -arroz, trigo, maíz, mijo y sorgo- comprenden el 60 por ciento. Sin embargo, el hombre ha seleccionado y cultivado más de 7 000 especies vegetales desde que aprendió a hacerlo hace miles de años. Y existen hasta 30 000 especies de plantas terrestres comestibles en el mundo.
«Se calcula que el impacto del cambio climático reduzca la productividad, estabilidad e ingresos agrícolas en muchas zonas que experimentan ya elevados niveles de inseguridad alimentaria. Sin embargo, la producción agrícola mundial deberá aumentar un 60 por ciento a mediados de este siglo -faltan menos de 40 años para ello- para poder cubrir las necesidades alimentarias de la creciente población mundial «, explicó Gustafson.
«Los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura juegan un papel crucial en la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia seguros y los servicios ambientales. También desempeñan un papel vital en permitir a los cultivos, el ganado, los organismos acuáticos y los árboles de los bosques resistir las condiciones asociadas al cambio climático».
Hoja de ruta del cambio climático
La Comisión va a considerar una Hoja de ruta sobre el Cambio Climático y los Recursos Genéticos para una primera fase hasta 2017. Las actividades previstas incluyen la sensibilización, la elaboración de directrices sobre la integración de los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura en la planificación de la adaptación, la identificación de puntos críticos donde la biodiversidad está especialmente amenazada por el cambio climático y el desarrollo de un plan de acción para conservar los parientes silvestres de cultivos de la amenaza de extinción.
Si bien la Comisión se encuentra más avanzada en recursos fitogenéticos y zoogenéticos, la FAO también está haciendo avances significativos al abordar los recursos genéticos de los bosques, la vida acuática, microorganismos e invertebrados, lo que refleja el mandato ampliado de la Comisión desde 1995. Aquí se incluyen -por ejemplo- las bacterias, esenciales para la producción de yogur y queso, las lombrices del suelo que revuelven y descomponen la materia orgánica en nutrientes esenciales y una gran cantidad de polinizadores, como las abejas, que permiten reproducirse al 35 por ciento de los cultivos del mundo.
Golpear donde duele
Los países situados en las regiones más calientes del globo serán los más afectados por el cambio climático, ya que se espera que el aumento de temperatura sea más acusado y sus sistemas agrícolas están menos preparados para hacer frente a estos impactos. Se prevé que las zonas áridas y semiáridas sean más secas, mientras que las precipitaciones en otras áreas serán más variables y mucho menos predecibles.
«Está claro que la humanidad va a tener que utilizar todas las herramientas a nuestra disposición para afrontar el desafío de producir suficientes alimentos mientras el planeta se calienta», indicó Linda Collette, Secretaria de la Comisión de Recursos Genéticos para la Alimentación y la Agricultura .
«Estamos constantemente ampliando los abultados inventarios de animales terrestres y acuáticos, plantas, árboles, invertebrados como los insectos polinizadores e incluso organismos microscópicos -y sus genes- y algunos tienen la clave para la adaptación al cambio climático. No sólo hay que conservar esa diversidad genética, sino que también hay que garantizar el acceso a la misma y garantizar que los beneficios derivados de su uso se comparten de forma equitativa y justa «, explicó Collette.
La diversidad genética en peligro
La FAO estima que en el siglo pasado, alrededor del 75 por ciento de la diversidad genética de los cultivos se perdió cuando los agricultores en todo el mundo se pasaron a variedades genéticamente uniformes de alto rendimiento y abandonaron muchas variedades locales.
Sin embargo, poder recurrir al material genético es esencial para adaptar y mejorar la agricultura frente a amenazas como las enfermedades o el calentamiento del clima que pueden alterar las condiciones de crecimiento. Por ejemplo, una variedad de trigo de Turquía, recolectada y almacenada en un banco de genes de semillas en 1948, fue descubierta en la década de 1980, cuando se encontró que poseía genes resistentes a muchos tipos de hongos causantes de enfermedades. Los fitogenetistas utilizan ahora estos genes para desarrollar variedades de trigo que son resistentes a diversas enfermedades.
Según los datos más recientes de la FAO, el 22 por ciento de las razas de ganado están en riesgo de extinción. Sin embargo, las razas locales menos estudiadas a menudo poseen defensas genéticas que les permiten caminar largas distancias para llegar a los pozos, sobreviven con poca agua y forraje y resisten las enfermedades tropicales. Muchas razas industriales de ganado vacuno -por ejemplo, las de alta producción láctea- a menudo no resisten condiciones tan duras. Además:
– Los ecosistemas acuáticos del mundo se componen de aproximadamente 175 000 especies de peces, moluscos, crustáceos y plantas acuáticas. Sólo diez especies representan el grueso de la pesca de captura en el mundo, mientras que también diez especies suponen la mitad de la producción mundial de la acuicultura.
– Existen 80 000 especies de árboles en el planeta, pero sólo el 1 por ciento han sido estudiados en profundidad. Los bosques albergan el 80 por ciento de la biodiversidad terrestre, pero están siendo talados a un ritmo alarmante, con graves consecuencias para el calentamiento global.
– Los invertebrados constituyen el 95 por ciento de toda la vida animal, mientras que el tesoro oculto de la biodiversidad de los microorganismos es incalculable.
La Comisión se esfuerza por detener la pérdida de recursos genéticos para la alimentación y la agricultura, y para garantizar la seguridad alimentaria mundial y el desarrollo sostenible, promoviendo su conservación y uso sostenible, incluido el intercambio y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de su uso.