Un proyecto del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) ha propiciado el estudio de una treintena de ellas con el objeto de evitar su desaparición
Fecha: 08-03-2012. Fuente: SILVIA G. ROJO – El Norte de Castilla
Las variedades autóctonas de almendro de la zona salmantina de las Arribes todavía están a tiempo de salvarse. Un proyecto del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) ha propiciado el estudio de una treintena de ellas con el objeto de evitar su desaparición, como ya ha sucedido con las variedades más antiguas de las zonas de Ágreda, el Bierzo o Burgos, donde o ya no existen, o nadie es capaz de identificarlas.
Carmen Asensio es la coordinadora de este proyecto y, junto con Hugo Martín, ha mantenido contacto con los agricultores de las Arribes que les han indicado cuáles son los árboles propios. Tras el marcado y posterior estudio morfológico con el que verifican que efectivamente son variedades exclusivas, a partir del mes de diciembre se procederá a plantar 90 árboles en Vilvestre y una copia con otros tantos en Valladolid. De hecho, los árboles ya están injertados y listos para ser sembrados en puntos tan distantes para que en caso de plagas en uno de esos lugares, el otro quede a salvo.
Los ingenieros agrónomos podrán comprobar de esta manera el rendimiento de cada variedad, a qué tipo de enfermedades son más sensibles o su comportamiento en años de sequía. Carmen Asensio reconoce que, aunque el primer objetivo es preservar lo que existe a través de esa colección original, no es menos cierto que «esas variedades viejas pueden tener genes de interés para el futuro a pesar de que ahora se descartan».
Diego Vacas, agricultor y propietario de la única partidora de la zona, comenta que «la utilidad del proyecto está en mejorar las variedades y que al final, la gente pueda interesarse por las más rentables».