La siembra en la Granja de Pozo Negro incluye la variedad Huevo de Gallo que conservaron durante 30 años los agricultores de Villaverde
Fecha 12-10-2012. Fuente: Catalina García / Puerto del Rosario – Canarias7
Son de pequeño tamaño pero con el sabor característico del tomate majorero de antes. Así son los frutos de las ocho variedades de tomates locales con las que la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo ensaya en la Granja de Pozo Negro, entre ellas la popular Huevo de Gallo. PublicidadAntes de la llegada de las semillas foráneas, el tomate majorero era pequeñito, duro y un poco salado. Con ocho variedades de estos tomates locales ensaya su recuperación la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Cabildo en la granja experimental de Pozo Negro, entre ellas la famosa semilla Huevo de Gallo que se ha rescatado gracias a los agricultores de Villaverde que, ajenos a las innovaciones, continuaban plantando en los arenados del norte la misma variedad de hace 30 años.
El biólogo Juan Miguel Torres y el técnico agrícola Javier Manrique son los impulsores de este proyecto de recuperación de variedades de tomate majorero que fueron desplazadas por las semillas tratadas genéticamente en Israel y otros países. Los alumnos del ciclo de grado medio de Agropecuario ayudaron a la siembra en los terrenos de la granja insular en Pozo Negro.
800 semillas. El proyecto de recuperación y multiplicación que desarrolla la Consejería de Agricultura acaba de terminar el proceso de siembra de ochocientas semillas, a razón de cien por variedad. Rita Díaz, consejera de área, informa de que el objetivo es conseguir más semillas de cada tipo de tomate para en una segunda siembra estudiar en profundidad sus características de presentación –dureza, forma, color-, sus cualidades nutritivas –contenido de azúcar- y su rendimiento productivo –para fijar su rentabilidad comercial y ayudar a los agricultores a elegir la semilla más adecuada para un terreno y un clima concretos.
Este proyecto también tiene el propósito de poner a disposición de los agricultores majoreros las semillas de estas variedades, facilitando así la reactivación de las producciones del campo y conservando el patrimonio genético y agrícola de la Isla.
La productividad de las variedades de tomate local era baja y fueron sustituidas por variedades comerciales importadas. Como consecuencia en la actualidad la inmensa mayoría de las variedades locales de tomate de Fuerteventura han desaparecido.
Sin embargo, en el Inventario Nacional de Recursos Fitogenéticos del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) existen varias entradas de variedades de tomate de Fuerteventura recolectadas en la década de 1980. Este hecho y la investigación sobre el terreno para recuperar semillas en antiguas plantaciones abren la posibilidad de rescatar estas variedades de tomate.
Los agricultores de Villaverde continúan hoy cultivando en arenado la variedad de tomates Huevo de Gallo, cuando en el resto de la Isla, sobre todo en las plantaciones destinados a la exportación en Tuineje y Pájara, las abandonaron hace más de 30 años por las semillas foráneas más productivas. El mérito de su conservación es por tanto, subraya el biólogo Juan Miguel Torres, suyo. La variedad también se conserva en los bancos de semilla de Tenerife y Valencia. La mata da un tomate pequeño, de forma ahuevada (de ahí su nombre) que también crecía en el sur de Lanzarote, igualmente sobre arenado.
Junto a la Huevo de Gallo, en Pozo Negro se experimenta con siete variedades locales, entre ellas el Chijón, suministradas por el Centro de Conservación de la Biodiversidad Agrícola de Tenerife.